Los menores inmigrantes no acompañados se encuentran en riesgo debido a la inadecuada interacción con su entorno que conduce en la mayoría de los casos a la marginación social.
Esta situación se da por la llegada de estos menores de forma irregular a países desarrollados con unas grandes expectativas de futuro y con el objeto de ayudar a sus familias de origen. Aunque tristemente, la mayoría de las veces no es lo que esperan.
La no socialización de los mismos puede dar como consecuencia, no solo la exclusión o marginación, sino que entren en estilos de vida no saludables.
Uno de los colectivos más característicos son los varones magrebíes de entre 14 y 17 años. Les siguen los procedentes de Rumania, Argelia y del África subsahariana. Los lugares de destino suelen ser Madrid, Barcelona y Andalucía.
La mayoría de estos presentan niveles de salud bastante degradados cuando llegan y las necesidades básicas que tienen son principalmente de alimento, vestimenta y alojamiento. Además, estos menores se encuentran en situación de desamparo, por lo que desde los Servicios Sociales se toman medidas de protección de la infancia que intentan frenar estas situaciones para que pueda solucionarse mediante la prevención de las causas que provocan las situaciones que conllevan un riesgo de exclusión social.
Así, se pretende lograr la perfecta intervención con el objetivo principal de favorecer un adecuado desarrollo tanto socioeducativo como laboral de estos menores para su reinserción en la sociedad receptora. Las comunidades asumen la tutela de estos menores, con una doble función la de amparar a este colectivo desprotegido por ser menor y a su vez, por ser inmigrantes.
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