Sexualidad

La organización mundial de la salud define la sexualidad como “la integración de los elementos corporales, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores  y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor”

Las formas de abordar la sexualidad dependen de normas culturales y sociales.

Estas normas sociales y culturales también pueden relacionarse con el embarazo ya que de alguna manera determinarán las formas de abordar las relaciones de pareja, o el sexo. Se puede realizar una clasificación según cómo cada sociedad se enfrenta a la sexualidad y al sexo.

Existen sociedades permisivas que son aquellas que toleran la sexualidad, las relaciones sexuales se dan antes y después del matrimonio; aunque existen algunas prohibiciones con respecto a colectivos determinados como la homosexualidad.

También se puede hablar de sociedades restrictivas donde se produce una mayor limitación de la sexualidad. En cuanto al sexo al hombre se le da una mayor libertad que a la mujer a quien se aconseja no mantener relaciones sexuales antes del matrimonio.

Y por último en los dos extremos más radicales estarían las sociedades represivas y las alentadoras.

Las sociedades represivas son aquellas en las que el sexo se considera algo peligroso, sucio o nocivo para el ser humano. Únicamente se acepta cuando se sigue un fin reproductivo.

Las sociedades alentadoras ven el sexo como algo determinante para la vida del individuo. El despertar sexual es celebrado con ritos y constituye un paso fundamental en el paso de la niñez a la madurez.  No se tolera la insatisfacción sexual.