Es triste pero aun son pocos los hijos de inmigrantes que,
nacidos o educados en españa, están accediendo a la vida adulta y autónoma en
la sociedad española. Son hijos, fundamentalmente, de peruanos, dominicanos y
marroquíes, que son los colectivos de inmigrantes con mas antigüedad en nuestro
país. Algunos de estos menores han vivido la extrañeza de entrar a formar pate
en una sociedad nueva, y han ido a los mismos colegios que los españoles de su
misma edad y han crecido en contextos parecidos. Pero no todos llegan en un
futuro a tener las mismas oportunidades.
Se compara a las segundas generaciones con los españoles de
las mismas edades ¿¿tienen estos el
mismo acceso a la cultura o al trabajo?? ¿¿ están del todo integrados en la
cultura que los acoge??
La preocupación principal es cuando esta población va a
dejar de ser un cuerpo extraño o un grupo a parte de la sociedad. ¿ tienen las
mismas oportunidad de movilidad ascendente?¿existe la igualdad de oportunidades?
Jóvenes hijos de inmigrantes, quieren dejar de lado la idea de que la
inmigración viene como mano de obra no cualificada y barata que ocupan los
últimos puestos de la sociedad. Muestran el deseo de mejora de la mayoría de
este colectivo para alcanzar un mayor bienestar económico y social. Muchos de
los inmigrantes esperan para sus hijos un mayor reconocimiento social logrado a
través de la formación para conseguir un buen trabajo, ya que en nuestra
sociedad el mercado laboral es el pilar fundamental para adquirir status.
Por eso, los estudios clásicos sobre la segunda generación
se centra principalmente en aspectos relativos a su paso a la vida adulta a
través de su inserción socio-profesional.
El objeto principal es superar las barreras impuestas a sus
padres por la condición de inmigrantes y conseguir incorporarse a la estructura
social del país donde han nacido o donde han llegado siendo muy pequeños. Es lo que se considera integración en el
nivel estructural.
Por todos son conocidas las revueltas en Francia. Son
jóvenes nacidos en parís, que luchan por ser considerados como ciudadanos de
primera, no solo como hijos de
inmigrantes, y así poder acceder a una vida adulta completa. Quieren que se reconozca
su trabajo y esfuerzo. Aunque poco a poco este cambio se esta consiguiendo en
las sociedades occidentales y cada vez son más los que acceden a estudios
universitarios y mejores trabajos, aun queda mucho camino por recorren ya que, por muy modernos que seamos, en ocasiones es raro
ver a un alto cargo de color o un medico o cualquier otra profesión considerada
“prestigiosa”.